Betty y Vilma, se dedicaron a decorar la pista con el resto del grupo GAMA, a reutilizar las cintas celestes y blancas que ahora se donaron a una escuela rural de Vila y a la Escuela Paul Harris.
Hace muchos años que la Sociedad Rural de Rafaela entiende que la sustentabilidad no es una palabra que esté de moda, o que aún sea difícil de comprender para algunos, sino que se trata de una manera de trabajar en cada una de sus instancias.
En 2021 el evento híbrido a causa de la pandemia permitió volver a recibir visitas en nuestro predio y fue entonces que se llevó adelante la iniciativa del Grupo de Ayuda a Mujeres Agropecuarias, de decorar algunos rincones especiales.
La pista central entonces lució cintas celestes y blancas, marcando el contorno, imagen que se repitió este año. Esa tarea tuvo a dos importantes responsables para poder volver a presentar de manera tan vistosa a uno de los espacios más tradicionales de la insitución.
Las cintas del año pasado fueron guardadas, para poder ser reutilizadas. A principios de octubre se emprendió una tarea destacable.
Fueron Vilma Bailardo y “Betty” Podio las que se dedicaron a recuperar esas bandas de friselina, plancharlas y comenzaron con otras de las mujeres del grupo GAMA a anudarlas en la empalizada de la pista.
Pero la tarea no terminó ahí, sino que se logró cubrir todo el ovalo gracias a que cada una de estas dos protagonistas cortaron cada una tres mil cintas más, para que la presentación sea la adecuada.
Vilma y Betty forman parte de un grupo humano de gran valor para la Rural, ya que están siempre dispuestas a colaborar y su edad nunca es un impedimento para decir presente, con 83 y 85 años, respectivamente.
Pasada la 115° ExpoRural de Rafaela y la Región, el predio debe volver a su estado habitual y se desarma todo el ornamento que se le propone a las visitas. Fue así que esa decoración, que alude a la bandera argentina se retiró y se decidió donarlo a entidades educativas.
Por el vínculo directo que tiene la Rural con el barrio donde se desenvuelve, parte de las cintas se destinaron a la escuela Paul Harris, mientras que el resto se destinó a una de las escuelas rurales de Vila.
El reconocimiento al trabajo de estas mujeres que hicieron su tarea con tanta dedicación tuvo un fin mucho más enaltecedor, porque hoy esas horas dedicadas a una decoración pueden vestir a dos escuelas, mejorar lo que todos los días esos alumnos reciben cuando llegan a aprender y también permiten entender el verdadero sentido de la reutilización de recursos y el cuidado de cada detalle para que esto sea posible.
Desde la SRR agradecemos la dedicación de estas dos mujeres que nos representan y enseñan cada día que formar parte de una institución, involucrarse en las actividades tiene mucha más trascendencia a nivel social y en la comunidad que esperar que todo suceda. En ellas destacamos a las damas del grupo GAMA y también a las señoras que cada año hacen posible que la “Casita del Té” cobije a muchos durante nuestra muestra anual y nos brinden un lugar de encuentro muy especial.